ENAMÓRATE DE TI #5

AUTOR: Walter Riso                                                                                      FECHA: 07/03/2020

ENAMÓRATE DE TI 

el valor imprescindible de la autoestima 

(aprendiendo a quererse a si mismo)

 

Elogios extremos que pueden convertirse en autoelogios

Los mismos elogios que solemos dirigir a los demás podemos aplicarlos a nosotros mismos.
1. elogios impersonales
No está de más ser cortes con uno mismo, elogiando las cosas materiales que poseemos y nos agradan .
2. elogios personales
En ellos se involucra parcialmente la persona a quien va dirigido el elogio.
Podemos referirnos a alguien diciendo "la camisa te luce " o incluirnos en nuestros propios elogios "esta camisa me queda bien"

3.elogios dirigidos a ciertas características de la persona

El elogio va dirigido a rasgos, valores, características físicas o habilidades de otras personas4.elogios dirigidos a características de la persona donde el dador del elogio se involucra . Aquí el dador dice lo que le produce la persona; es decir, hay expresión libre y franca de sentimientos positivos a las personas que nos rodean:"Adoro tú sonrisa”, “admiro tu inteligencia". Pero también nos podemos autoelogiar:"me gustan mis ojos”, “me encanta ser inteligente".

En ocasiones la excesiva autoexigencia es perjudicial para la salud mental, no sólo genera estrés sino también insatisfacción y tristeza. Y esto ocurre porque no hay tiempo para elogiarnos y creemos que lo que hacemos no es merecedor de un elogio.

¿Qué hacer para autoelogiarse?

Método para adquirir la costumbre de autoelogiarnos:
-el primer paso es hacernos conscientes de cómo nos tratamos y de las cosas que nos decimos
-el segundo paso es estar pendientes de elogiarnos
-el tercer paso consiste en autoadministrar el autelogio en voz baja hasta se convierta en pensamiento o lenguaje interno.
-cuarto paso es ensayarlo bastante para que a través de la práctica tengamos una conducta de autoelogio.

Darse gusto y premiarse

Es otra manera de expresar afecto hacia nosotros mismos.                                            Todos tenemos algo del anciano paciente del que se habla en el texto, ya que en algunas ocasiones nos enfocamos tanto en el problema que no vemos que la solución está a pronto alcance.