FUEGO FRIÓ 28/03/2020
DEAN R. KOONTZ 11:57 AM
CAPITULO 8
Jim tenia muchas pesadillas, se despertó y vio a un hombre, es un sacerdote, tiene cincuenta años, calvo, un tanto gordito y con la nariz aplastada. se sentía muy cansado, no podía hablar porque se sentía la garganta como si hubiese tragado un fósforo encendido, no tenia fuerzas ni siquiera para levantar una mano.
Mas tarde, jim se levanto otra vez. el sacerdote no estaba, el silencio reinaba en la casa. al final de la tarde, casi veinticuatro horas después que jim entro a la iglesia, su fiebre se elevo solo tres grados en el termómetro, los músculos ya no sufrían espasmos, las articulaciones no le dolían, no estaba aturdido, y el pecho no lo ahogaba cuando respiraba hondo, aun sufría periódicamente punzadas de dolor en la cara.
Al día siguiente, paso la mayor parte del día en la sala, en una ancha mecedora, los pies apoyados en un cojín, leyendo revistas, mientras el sacerdote atendía los asuntos de la parroquia. Esa noche juntos prepararon la cena, frente al fregadero de la cocina el padre Geary limpio las lechugas, el apio y los tomates para preparar una ensalada, Jim puso la mesa, abrió una botella para la salsa de spaghetti que se cocía al fuego.
Por: Manuela Hernandez Ortiz
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