María Jose Cuellar Oviedo #8 27/03/2020
Llegaron
a Cristóbal cuando el astro de la moche
apenas salía, bajo un cielo que destellaba en su máximo esplendor, las luces del puerto le daba más
vida al cielo tanto así que llegaba hasta donde se encontraba Maqroll y
Cornelius; el rítmico bullicio de las orquestas que animaban el lugar, después
de la muerte de wito el plan primordial
de Maqroll y Cornelius era viajar a Cristóbal y seguir rumbo a panamá en tren. Cornelius se había quedado
en la embarcación, y el capitán que había recibido el barco le ofreció un
trabajo muy beneficioso a Maqroll pero
el medio sería totalmente diferente al
que estaba acostumbrado, en medio de todos los problemas y circunstancias que
habían pasado, antes de ellos dos iniciar su viaje habían revisado documentos
antiguos de wito para encontrar el paradero de su hija, pues ellos querían
informarle o darle a conocer que su
padre había fallecido pero lo único que encontraron fue un número de la iglesia donde perteneció;
adjunto a eso Maqroll y Cornelius enviaron un comunicado donde les explicaban lo sucedido.
El
viaje en tren duro algunas horas, cuando llegaron Cornelius muy estrechamente
se acomodó en el coche de segunda donde se acumulaban estirpes y trabajadores
del puerto, al pobre tanta bulla lo desconcertó y fue cayendo poco a poco en un mar de
anécdotas, chistes, historias, llantos de neonatos y hechos de sangre contados
por los que habitaban el puerto.
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