sábado, 28 de marzo de 2020

Del amor y otros demonios - Semana #8

DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS.

CAPITULO I
El primero de diciembre, “sierva maría de todos los Ángeles” hija del marqués Casalduero, salió con una sirvienta mulata al mercado a comprar unas cosas para su fiesta de doce años. Ella se desviaron hasta llegar al puerto donde observaban las multitudes de muertos que bajaban por el agua, todo era a causa de pestes. Estando allí paso un perro arrebatando con lo que se atravesara, tumbando toldos del mercado y mordiendo a las personas que se encontrara a su paso; maría fue una de las 5 personas que el perro mordió ese día; la criada sin tener preocupación alguna, le hizo curación en la herida con limón y azufre y enseguida le dijo a la niña que no fuera a decir nada de lo que había pasado y así fue. 
La madre de la niña “Bernarda” se encontraba un poco mala de salud; un día se encontraban solas en la casa y estando hablando con la criada, esta le conto sobre la mordida que le había hecho un perro a su hija. Bernarda espero a que fuera de noche para verificar que lo que decía la criada, y efectivamente vio en su calcañal una rasgadura sin veta roja y con caracha, por lo cual no tuvo de que preocuparse.
Al día siguiente Bernarda salió a la calle y vio el cadáver de un perro colgado de un palo de almendro, lo que significaba que había muerto porque estaba contagiado de rabia. Lo observo y era igual a como había descrito la criada al perro que había mordido a su hija.
Bernarda y el marques no se podían ni ver, era tanto el odio que ninguno de los dos quería ni siquiera a su hija, porque decían que tenía cosas “aspectos” del uno y del otro. 
Una señora de la calle se acercó al marqués y le dijo lo que había pasado con su hija. Él le dijo a Bernarda que porque no le habían contado pero al final ninguno de los dos se preocupó por ello; solo planearon el drama que iban hacer cuando su hija se muriera. La niña fue criada y convivía con los esclavos en la amplia casa que tenían sus padres. 
Día a día, fueron muriendo las demás personas que había mordido el perro, en cambio la niñas estaba radiante y feliz, ya no habían huellas de la mordedura.
Una vez Bernarda salió con sus criadas, ella con una máscara, sus criadas con muchos diamantes y arreglos de oro encima, estando en el lugar donde ella anteriormente ya había estado y se había fijado en un muchacho que trabajaba como bailarín en ese lugar, nuevamente lo vio; se acercó a él y le pregunto su precio, lo cual el contesto una suma muy baja “ese no es el precio para comprarte para toda la vida” le dijo la marquesa. El muchacho entendió todo y subió su precio lo cual ella no se negó a pagar.
Estando en su casa, Bernarda todas las noches dormía desnuda y dejaba sin trancar la puerta de su cuarto, ella se desvelaba pensando que le muchacho iba a ingresar allí. Después de varias noches la marquesa, tranco su puerta y fue preciso ese día que el muchacho fue a su cuarto, pero eso fue impedimento para él, busco una solución la cual fue ingresar por la ventana. Esa noche después de tener al muchacho a su lado, la marquesa quedo encantada con él, y no había ningún arrepentimiento.


Por: Yenifer Devia

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