FUEGO FRIO - DEAN R. KOONTZ

CAPITULO 1:

Jim Ironheart un hombre con problemas mentales y dotado de excepcionales poderes paranormales.
El clima de Agosto era de 33ºC, Jim se encontraba en un restaurante que quedaba al lado del mar en Laguna Beach, se sintio deprimido y con el cuerpo lleno de sudor, después de tomar su desayuno se dirigió al supermercado allí decidió ir al pasillo de dulces para comprar los ingredientes para hacer un bocadillo, cuando de un momento a otro le dio un ataque, en realidad no era un ataque porque no tenia convulsiones, ni contracciones musculares, simplemente jim se dirigió a una mujer que estaba cerca de el y le dijo "linea de vida" y la mujer asustada decidió alejarse un poco y preguntarle que si se encontraba bien, el solo pudo decir "debo irme".

Jim decidió ir por su carro que se encontraba en el parqueadero del supermercado para dirigirse a un lugar donde no hubieran personas pero sintió un presentimiento de que debía dirigirse a su casa y eso fue lo que hizo, cundo llego a su casa decidió coger una maleta y empacar todo lo necesario porque se iba de viaje, no sabia porque, solamente que tenia un presentimiento de salir de esa ciudad.

Cuando Jim tenia toda su maleta lista decidió irse para el aeropuerto, ya adentro del aeropuerto leyó de arriba abajo los destinos que figuraban la pantalla y un vuelo le llamo la atención, ese vuelo se dirigida a Portland, Oregon, rápidamente Jim decidió comprar un boleto para dirigirse a esa ciudad.

Jim estaba muy intranquilo no porque tuviera miedo de volar, si no porque le temía a Portland.... y cualquier forma de muerte allí le aseguraba.

CAPITULO 2:

Holly Thorn una atractiva periodista se encontraba en una escuela privada para hacerle unas preguntas a una profesora, Louise Tarvhol, la cual había vendido un libro de poema a un editor de Nueva York. Otro instructor decidió ayudar a cuidar los niños de la profesora para que ella y Holly pudieran hablar, ambas se sentaron en una mesa, Holly quería escribir un articulo que no fuera critico ya que ella conoció a muchos periodistas que, a causa de la envidia se deleitaban manipulando los artículos con el fin de ridiculizar a sus protagonistas.

Louise Tarvhol le resultaba grotesca que era incapaz de redactar un articulo favorable y al mismo tiempo mantener su integridad. Y, al margen de eso, no tenia el valor de ridiculizar a una mujer en letra impresa. El problema de Holly no era su profundo cinismo, sino su buen corazón.