sábado, 15 de febrero de 2020

Esperanza tras las rejas... Crónica de una mujer encadenada al olvido

Capitulo 2

Recuerdo cuando llegamos a la ciudad de Nuxka. Nos ubicamos debajo de la estructura de un puente elevado. Allí pudimos protegernos del aguacero acompañado de ráfagas de viento frió que logró engarrotarnos hasta el alma.
La lluvia, fue la primera en pronosticarnos lo dura de nuestra futura permanencia en la ciudad. Era como si el cielo también tuviera rabia con nosotros.
Bajo el aguacero, la gente pasaba. Desde los carros, nos miraban como recelo, con desprecio. Para ellos éramos unos parias invasores de la ciudad. Tal situación, se convirtió en el primer rechazo social a soportar.
El mismo de nuestra llegada, pude leer en una columna del puente, un graffiti en cual retrataba nuestra situación: "La indiferencia, hace parte del olvido". Además de aquel mensaje pude leer otros dos: " Colombia, una nación bestialmente saqueada por cínicos, que cuando no tuvieron nada para robar la empeñaron, huyeron con el botín y nos dejaron en guerra, una maldita guerra que no es para todos sino para campesinos y pobre"; " Democracia sangrienta, la nueva Colombia dividida en tres partes, izquierda, extrema derecha y el maldito gobierno".
Mi papá, entró en un estado de depresión profundo. Le modificaba ver sufrir a su familia. Fue entonces, cuando decidió dejar a un lado el orgullo. Corrió a pedir asistencia gubernamental. Lo único que se consiguió, fue acrecentar su depresión. No lo dejaron entrar al palacio del gobierno municipal. Su aspecto harapiento, consecuencia de vivir a la interperie bajo el puente, hizo que de allí fuera sacado a empellones por unos vigilantes. Ellos creyeron que el iba a pedir limosna en las oficinas. Las personas conocidas en la Alcaldía, cuando era presidente de la junta de acción comunal, ya no estaban laborando allí. Alcalde y concejales, eran removidos del cargo con finalidad como fichas de ajedrez por políticos con gran poder. No había elección popular para ellos. Igual suerte laboral corrían los funcionarios de cargos medios y bajos. Mi papá no pudo pedir ayuda. Ya nadie lo conocía.
Pero, como llegamos a vivir debajo de un puente. Si, tu lo has dicho. Fue por esta maldita guerra; esta que lleva mas de cincuenta años atormentándonos.

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