Enamorate de ti - Semana 16

ENAMORATE DE TI

WALTER RISO

Lo que nos decimos a nosotros mismos determina en gran parte nuestra manera de sentir y actuar. Permanentemente sostenemos diálogos internos y rumiamos sobre esto o aquello de manera consciente o inconsciente, simplemente porque la mente es una parlanchina compulsiva. Estas conversaciones que el “yo” sostiene consigo mismo comienzan a muy temprana edad y van formando con los años un “lenguaje interno”, el cual puede ser beneficioso o dañino para nuestra vida, dependiendo de su contenido. Es imposible mantenernos en un silencio interior prolongado a no ser que seamos meditadores avanzados y de alta escuela. Siempre tendrás algo que decirte, bueno o malo, constructivo o destructivo, enriquecedor o depresivo.
Cuando hablamos de autoelogio nos referimos a una manera positiva o constructiva de hablarte a ti mismo y felicitarte cuando crees haber hecho bien las cosas. No hace falta que lo hagas en voz alta y en público pues de ser así serías sancionado y duramente criticado, pero sí puedes hacerlo en voz baja claramente nadie lo sabrá y será un idilio oculto de “ti contigo”. Los autoelogios como “¡Qué bien lo hice!”, “¡Estuve genial!” o “¡Me gusta mi manera de ser!” suelen ser tanto o más importantes para nuestra autoestima como los refuerzos externos. La ventaja aquí es que no necesitas de intermediarios, y podrás endulzarte los oídos a ti mismo. Así que claramente es algo a lo que de verdad deberíamos prestarle la atención que merece, pues es base para sentirnos bien, partiéndo del como nos hablemos internamente a nosotros mismos, ya lo externo es algo que pasa a un segundo plano, y que además éste es clave para el como actuamos. De nosotros depende el tenerte una alta y buena autoestima, pues no debemos esperar y depender de lo bueno que vean los demás en nosotros, pues todo parte de lo que nosotros mismos hagamos y digamos para sentirnos bien y felicitarnos internamente cada vez que sea necesario por hacer las cosas bien.


Por: Nicolle Viviam Cruz