viernes, 22 de mayo de 2020

capitulo 6 y 7 lo que el viento se llevo

Bueno, y ahora, como sé que lo estáis deseando… agarraos fuerte, que viene lo intenso, queridos míos. Scarlett y Rhett, Rhett y Scarlett…
Confieso que con la película, siempre me había quedado un sabor amargo con Scarlett O’Hara, una especie de amor/odio hacia el personaje… peeero tras leer el libro, he logrado empatizar con ella muchísimo más de lo esperado.
Esto no quiere decir que disculpe su forma de actuar en algunos momentos, pero sí es cierto que ella ha sido juzgada más duramente que el resto de personajes, al menos esa es mi impresión, por ellovoy a tirar un poquito de corporativismo femenino y romper una lanza en su favor, porque esta MUJER lo merece.
Scarlett O’Hara, es todo carácter y temperamento. Sí, también es manipuladora, vanidosa, orgullosa y muy terca, pero esta chica con 19 años, protege a su familia con uñas y dientes, escapa de una Atlanta en guerra, abrasada por las llamas y se enfrenta a los yanquis por defender su hogar.
¿Se equivoca? Muchísimas veces,  pero oye! es humana y aunque no comparto gran parte de las cosas que hace, no puedo juzgarlaQuizá tengo la misma lealtad hacia ella que Melanie Hamilton y  la veo con su misma mirada… El caso es que a mí, Scarlett en su conjunto, con sus luces y sus sombras, me gusta. La pregunta aquí, sería ¿qué haríamos nosotras en sus zapatos?
La desesperación y el instinto de supervivencia hace que las personas hagan cosas que, tal vez en otro momento, no harían.  Scarlett tiene una carga sobre ella demasiado pesada y lo más triste es que la lleva sola. Y tú, como lector, lo notas.  Está rodeada de gente que lo único que hace es quejarse, criticarla constantemente y pensar en lo bello que era el pasado, regodeándose en la nostalgia, pero sin aportar soluciones, mientras la guerra y el hambre se les echan encima.
Ella no puede permitirse el lujo ni siquiera de llorar, porque tiene tantísimo miedo al hambre, a la muerte y a que la despojen de todo lo que ama, que es, ese mismo miedo, quien la impulsa hacia delante. Sabe que en el momento que se derrumbe no le quedará nada. Así que sí, es práctica, dura, tiene carácter y eso le da la fortaleza suficiente para seguir adelante en las condiciones más lamentables.
Scarlett O’Hara, consigue resurgir con esfuerzo, perseverancia, tenacidad (y  falta de escrúpulos,  que siiii…) pero, en cierto modo, Ella, representa a todas esas Mujeres que, ante los obstáculos de la vida, alzan la cabeza y continúan, Mañana, será otro día.
Con Rhett la cosa cambia.  El Señor Butler, (al que tras la película se le mitificó bastante), aparece casi como personaje secundario en la mayor parte del libro, siendo en las últimas 200 páginas, más o menos, donde él y su relación amorosa con Scarlett, cobra protagonismo
A pesar de ser igual o peor que Scarlett O’Hara, cae bien. ¿Por qué? Bueno, pues porque es un hombre, un típico tópico, que a base de guiños de ojos, medias sonrisas y un humor pícaro, se gana al personal. Y reconozco que da el pego en la mayor parte del libro.  Los diálogos son muy divertidos, y la forma de provocar a Scarlett, con  ironía y sarcasmo, resulta incluso encantadora. Pone la nota ácida y graciosa en muchos momentos y lo disfrutas. Camufla el orgullo, la arrogancia y los celos con toda esa puesta en escena hasta que llegas a la última parte del libro y se descubre el pastel.
No es ningún secreto que Rhett Butler es un mujeriego y que de caballero tiene muy poco, (yo no lo tocaría ni con un palo) lo deja claro cada vez que interviene, y lo hace con tanta gracia,  que en cierto modo, lo disculpas. Sin embargo después de lo que ocurre en un momento concreto de la novela….no puedo hacerlo. Me puso tan enferma que creo que me estropeó buena parte de su lectura final y por supuesto aumentó considerablemente mis úlceras lectoras. Lo que más me jodió, es que se intenta “maquillar” la situación apelando a clichés, de hecho, esa parte en la película, no se muestra de la misma forma, aunque, si se hila fino, lo intuyes.
Siempre se ha vendido  Lo que el viento se llevó, como una gran historia de amor/desamor. Pues bien, para mí no lo es, por dos razones: la primera, es que, Margaret sólo se centra en ella, en la última parte del libro y es injusto que, a un tema al que se le dedicó una ínfima parte del mismo, eclipse lo realmente importante, la historia de Scarlett; Y segundo, su relación amorosa es totalmente tóxica. Se faltan el respeto constantemente, él aprovecha las debilidades de ella para humillarla y el orgullo se impone por encima de todo cuando ve que no puede dominarla como quiere.
Y es que Rhett, al igual que la mayoría, olvida que lo mejor que tiene Scarlett es que es siempre fiel a sí misma y no va a cambiar su forma de ser por nada ni por nadie, es su esencia y es lo que hace que sea uno de los mejores personajes de la literatura.
Lo de estos dos, no es amor ni por asomo y no pienso justificarlo como tal, sólo por el contexto histórico en el que se desarrolla la historia, lo siento pero no. Ya está bien de defender y disculpar comportamientos de este tipo, sólo porque en aquella época “se llevaba”.

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