Maria Jose Cuellar Oviedo #09 04/04/2020
El
panorama ardiente de aquella zona, con su arborización de hojas fogosas acompañadas
de un color recio verdoso, era hacia donde se dirigían; la gran migración
europea. Para Cornelius y el holandés era como si hubieran viajado por un istmo,
podría ser la de Malaca o la de Kuala para definir a ciencia cierta no se podría solo
sabían que allí pasarían grandes momentos gracias a las grandes actividades
comerciales de teca y a otras muy cercanas
que no tenían rastro de nombres, al marchar el tren con su gran voltaje y liviana
oscilación los dejaron en una soñera donde una sola parte muy mínima
de la conciencia seguía viva, donde la ausencia y el silencio predominaban por sí
mismo.
Cuando
se acercaba la hora de la llegada Cornelius solía hacerse preguntas en su mismo
consciente como ¿qué hacía en ese lugar? ¿Y por qué? Eran estas preguntas donde iban a parar la mixtura de cansancios sin base y de un vago miedo cuando
su parada en suelo terrenal era inquebrantable.
Panamá
para Cornelius se había vuelto en un sitio tan familiar en medio de todo el caos pues como tal no era
tan acogedora ni interesante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario